jueves, 25 de junio de 2015

La censura y reivindicación de la diversidad sexual en el Museo de Arte Moderno en México: David Hockney – Fernando Osorno

Una de las escenas paradigmáticas de la censura en el campo artístico fue la del 23 de enero de 1988 en el Museo de Arte Moderno a la instalación de Rolando de la Rosa, cuya obra evocaba a Marilyn Monroe desnuda, representando metafóricamente a la virgen de Guadalupe, tal acto impulsó a un grupo de fanáticos religiosos conducidos por Pro Vida para que se desmontara y prohibiera la exhibición de la pieza. El entonces director y crítico de arte Jorge Alberto Manrique se vio obligado a declinar de la exposición y de su cargo debido a la presión ejercida por estos grupos.

Rolando de la Rosa

Curiosamente, en ese mismo año Manrique escribe el texto central para presentar la exposición anual de la Semana Cultural Lésbica Gay que dirigía José María Covarrubias  y la cual se llevaba a cabo en el Museo Universitario del Chopo como hasta la actualidad. En esta introducción Manrique disertaba acerca de la problemática del concepto de arte gay, proponiendo una reflexión que abordaba desde una óptica del erotismo y las problemáticas de la aplicación sexo-identitaria a las obras de arte como una categoría definitoria.

Fondo I, Centro Académico de la Memoria de Nuestra America (CAMeNA)

Fondo I, Centro Académico de la Memoria de Nuestra America (CAMeNA)
Otro blanco de críticas homofóbicas en el Museo de Arte Moderno se generó en 1999 a Nahum B. Zenil, quien es reconocido como uno de los máximos exponentes del neomexicanismo. Esta vez el descredito provinó de la investigadora del CENIDIAP: Edwina Moreno. En el ensayo titulado “La obra de Nahum B. Zenil: una aproximación a la pintura pornográfica y obscena” de Moreno Guerra, crítica tajantemente la exposición “El gran circo del mundo” usando locuciones como:

 “experiencia escatológica y pervertida”

“nos obligaba a entrar para salir del hartazgo obsceno y hasta repugnante”

“el gran circo del mundo el artista mostraba públicamente sus reiteradas perversiones sexuales”

“los cuadros de Zenil no provocaron morbo, tal vez únicamente nos reflejaron el fin de la ilusión, la pérdida brutal de lo imaginario, del deseo y la seducción propias de la obra de arte a otras etapas históricas y culturales, obras pródigas de sentido y compromiso, de emotividad y susceptibles de conmovernos, imágenes pletóricas de metáforas y formas expresivas, ricas y plenas de forma y contenido”





Las enunciaciones de la investigadora plagadas de un moralismo inusitado, manifiestan una contundente presencia ideológica que promueve el rechazo ante la sexualidad y las prácticas homosexuales incluso entre especialistas, críticos y académicos del campo artístico. Por otro lado, la supresión u olvido de las representaciones sexuales entre personas del mismo sexo en las producciones estéticas de las distintas cultural en el mundo, es un acto sistemático e histórico que se ha generado en diversos museos internacionales, aún entrados en el Siglo XXI, tal acto ha sofocado y silenciado la exhibición y registro de obras de arte con contenido sexual explícito de actos homosexuales.




Pero antes de estas desventuras ocurridas en el Museo de Arte Moderno, hacia 1968 la libertad de expresión artística y cultural era silenciada al igual que meses después se haría con el movimiento estudiantil. La escena nos transporta a las obras explícitamente homoeróticas que se intentaron exhibir del artista británico: David Hockney, quien por cierto es abiertamente homosexual y en 2015 regresó a México, pero ahora con sus increíbles y enormes  pinturas de árboles en el Museo Nacional de Arte (MUNAL) para la muestra de paisajismo inglés que se insertó en el marco del año dual México-Inglaterra. En 1968 también era celebrado un intercambio artístico/cultural por causa de las Olimpiadas, razón por la cual 7 dibujos del artista llegaron embalados a la Ciudad de México.

El dato curioso son las expresiones inquietantes y moralinas de la entonces directora del MAM, Carmen Barreda, y el escritor Agustín Yáñez, secretario de Educación Pública de Gustavo Díaz Ordaz, quienes ordenaron retirar de una exposición la obra del artista británico D. Hockney, ya que contenía en su composición hombres desnudos o semidesnudos, con evidentes evocaciones homosexuales.




“Nunca había visto nada igual en mi vida”, dijo al desembalar los cuadros de Hockney la entonces directora Carmen Barreda, “No se debe exhibir”, dispuso el escritor Agustín Yáñez al enterarse que se expondrían desnudos homosexuales dibujados por el pintor David Hockney en el Museo de Arte Moderno.

Por cierto que en el rescate de la comunicación entre el embajador británico y Carmen Barreda, realizado por el comunicador Raúl Olmos, se argumentaba que “la carta del embajador Hope hace alusión que Carmen Barreda pidió retirar los desnudos de Hockney porque, según ella, su exhibición podría inspirar a otros artistas homosexuales a seguir su ejemplo”.



“Ella ve muy dudoso mostrar los desnudos en la Ciudad de México por dos razones: en primer lugar, la exposición podría atraer a una multitud de damas y jóvenes beatniks que pueden provocar escenas desordenadas en el museo; y, en segundo lugar, la presentación de estas piezas puede animar a los artistas homosexuales en México (de los cuales la señora Barreda indicó que eran muchos) a pensar que pueden salirse con la suya, dibujando o pintando temas similares”, escribió el diplomático británico.



A pesar de todas estas escenas homofóbicas históricamente documentadas y disfrazadas de ética institucional por parte de las autoridades artísticas en México, el miércoles 24 de junio de 2015, después de 47 años de censura, el Museo de Arte Moderno abrió sus puertas al Festival Internacional por la Diversidad Sexual, la  ya adulta Semana Cultural Lésbica Gay que parió José María Covarrubias y que ha seguido amamantando Salvador Irys a través de Altarte A.C.


Foto: Fershow Esarcega: Fernando Osorno, Salvador Peña y Salvador Irys


La ruptura con décadas de homofobia fue resquebrajada a través de la pieza Amor de Papel de Fernando Osorno, que iluminó literalmente el Jardín escultórico del Museo de Arte Moderno con su monumental biombo de papel montados en 6 bastidores, donde cada panel representaba una alusión al amor homoerótico. El lúcido texto escrito por Arturo Castelán, director del Festival MIX coronan esta pieza como un eslabón para la historia del arte mexicano y para la lucha por la visibilidad de las colectividades sexodiversas y sus expresiones artísticas en México.

Texto de Arturo Castelán, Director del Festival MIX
Foto: Maai Ortíz

Foto: Maai Ortíz

Foto: Maai Ortíz

Fernando Osorno y la pieza "Amor de Papel"

Vista lateral de 3 segmentos del biombo


La inauguración se complementó con un performance en que intervinieron chicas y chicos desnudos que se paseaban cómodamente en el Jardín del MAM, sin olvidar los detalles agregados por el equipo del museo que apoyó este proyecto: Janice Alba, Daniel Quintero y Edgar Galindo, quienes se esforzaron en agregar detalles de banderas de arcoíris como un símbolo de vínculo y reivindicación, como aquella escena en que Neil Armstrong llega a la luna y coloca una bandera estadounidense cuyo acto representaba la apropiación simbólica de un espacio. Este año será definitivamente recordado, puesto que a esta conquista en el Museo de Arte Moderno mexicano, se conjuga la patrimonialización como monumento histórico el bar de Stonewall, en cuyo espacio detonó el movimiento de liberación homosexual.

La apropiación de espacios no son más que el resultado de muchas décadas de lucha por parte de activistas, artistas, intelectuales y personas que se han sumado en una resistencia total ante la opresión homolesbotransfóbica. 

Por: Maai Ortíz
Coordinador de Artes Visuales del Festival Internacional por la Diversidad Sexual

Fernando Osorno construyendo la pieza AMOR DE PAPEL


Gloria Careaga
Foto: Antonio Marquet

Janice Alba
Foto: Oscar Sánchez


Montaje de la pieza Amor de Papel por Fernando Osorno


Invitación Oficial: Amor de Papel de Fernando Osorno
Museo de Arte Moderno y Festival Internacional por la Diversidad Sexual







Foto: Mario Hernández


2 comentarios:

  1. Admirable ensayo, el mero recordatorio de los argumentos con que intelectuales, funcionarios, curadores justificaban su escandalizado conservadurismo y homofobia para censurar propuestas artísticas es demoledor... abrazos y gracias Maai querido

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  2. Muy buen ensayo, gracias por recuperar y documentar nuestra memoria. Rafael Manrique

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