Celadon Ph, la sensualidad fotográfica de la mirada masculina

Siempre es un reto escribir acerca de algo que nos agrada porque generalmente sobre dimensionamos y enaltecemos aquello que nos gusta o amamos. Sin embargo, al instante me respondo ¿para qué escribir de algo que no afecta profundamente nuestra mente y emociones?. Inició con esta reflexión ya que el siguiente artista, a mi parecer, es un reactor de sensualidad a través de su disciplina: la fotografía. Sin olvidar que también se ha dedicado a la producción cinematográfica, su nombre artístico es Celadon Ph.

Celadon Ph es un artista mexicano con una notable producción fotográfica, cuya circulación preponderante está ligada al Festival Mix, ya que desde hace varios años es quien ha generado las imágenes de los carteles de dicho festival, el más antiguo de México respecto a cine relacionado a diversidad sexual. Definitivamente  no podemos pensar al Mix sin Celadon y a Celadon sin el Mix, son indisociablemente una mancuerna detonante para entender la producción artística en el campo LGBT. 

Después de fotógrafos que han centrado su mirada en el cuerpo masculino y reconocidos internacionalmente como el transgresor Mapplethorpe, el glamuroso Herb Ritts o el erótico Herbert List, entre otros grandes fotógrafos de talla internacional y por supuesto, sin olvidar talentos mexicanos como Armando Cristeto, Oscar Sánchez, Antonio Salazar o Pedro Slim (cuyos nombres ya son parte de la historia de la fotografía en nuestro país) es difícil evitar la comparación y el paradigma que crearon a través de sus imágenes. Sin embargo, en nuestros días se siguen manifestando talentos cuya labor ha sido dedicada y sumamente profesional, precisamente como el trabajo de Celadon Ph.

 Si bien los artistas mencionados generaron un paradigma estético mediante  la construcción de una mirada del deseo homoerótico, que seguramente difícilmente será superada, especialmente por su valor histórico, no considero que todo está dicho y hecho. Por lo contrario, considero que aún hay talentos que vale la pena admirar como algunas obras producidas en la actualidad. 

 Celadon tiene varias facetas en su trabajo fotográfico. Podemos admirar en sus imágenes representaciones que evocan obras clásicas del renacimiento italiano, como en su proyecto "Emancipación Masculina" donde resalta la delicadeza y una evocación al espíritu del arte clásico, o chicos en posiciones ardientes y provocadoras, como lo fue uno de los carteles que produjo para el Mix en años recientes. Tampoco se detiene en experimentar posiciones casi surrealistas, que podrían serlo si no fueran bailarines profesionales quienes las ejecutan. 

Sus fotografías poseen siempre una aguda  mirada de la composición; por lo que sus planos, la luz, las ambientaciones y todo el aspecto técnico es cuidado celosamente para obtener resultados sobrecogedores. 

Los intereses estéticos de Celadon no son ocultos: cuerpos y rasgos definidos, posiciones abrumadoras debido a su complejidad, su disposición para exprimir la potencialidad de la gama de grises, así como gestar escenas homoeróticas sugestivas y placenteras, dignas de admirar. El color, aunque utilizado de forma más escueta y tímida es también utilizado de manera pulcra y extraordinaria, demostrando su talento en su colaboración con el chiapaneco Fabian Chairez y que actualmente concursa en Lens Culture Portrait Award 2015.

Enlace:

https://www.lensculture.com/portrait-awards-2015/event-submission/62796?fb_action_ids=10152517770292563&fb_action_types=og.shares

Las obras de Celadon estallan en sensualidad y provocación, sus imágenes no sólo sugieren, sino que excitan a quien las admira. Seguramente en los próximos años tendremos más noticias de sus obras, especialmente después de su aparición en la Exposición Umbral curada por Guillermo Santamarina en el marco del Festival Internacional por la Diversidad Sexual, en el Museo Universitario del Chopo. 

Actualmente podemos encontrar su obra a la venta en una de las Galerías que tienen una propuesta singular en lo que se refiera a arte LGBT: Hazme el Milagrito.

Taller Documentación Visual: “no hay revolución social, si no hay revolución sexual”

Para entender el trabajo artístico y activista del Taller Documentación Visual, será imprescindible hacer una breve revisión de su contexto histórico, recordando que el TDV comienza su producción en 1984.

Los ochenta son años convulsivos donde se mantiene una tensión internacional debido a la Guerra Fría entre Estados Unidos y la ex Unión Soviética, sin prescindir por supuesto de la amenaza nuclear evidenciada mediante el caso de Chernóbil. Por otro lado, en el transcurso de esta década, el gobierno de Reagan dará a conocer los planteamientos económicos que fundamentarán las políticas neoliberales, mientras que en  Latinoamérica permanecerán las desapariciones forzadas y la represión anticomunista por parte de los gobiernos dictatoriales de la región.

El desarrollo tecnológico, la informática, los videojuegos, los videoclips, el movimiento contracultural en la Ciudad de México, los efectos y crecimiento de la lucha feminista, el frente homosexual de acción revolucionaria en lucha por los derechos de la libertad sexual, el terremoto de 1985, la oposición antisandinista de Estados Unidos, el fraude electoral de 1988 en México, la detección masiva del SIDA en varios grupos poblacionales, estos y otros acontecimientos, influirán profundamente en la producción artística del TDV.

Consecuentes con sus postulados socialistas y libertarios, el TDV buscó responder a la iniciativa revolucionaria socialista no solamente en el sentido de la tradición marxista, puesto que los movimientos homosexuales revolucionarios argumentaban: “no hay revolución social, si no hay revolución sexual”, frase que podría sintetizar sus preocupaciones por la lucha de clases y las exigencias de las colectividades que disentían sexualmente de la heterosexualidad. Estas dos líneas de producción artística darían el sello característico al TDV; una visión socialista del arte y la solidaridad para con los grupos que luchaban contra la opresión de la heteronormatividad.

Posteriormente, el colectivo fincaría su trayectoria en otro campo de batalla social que sería su compromiso hasta el cese de sus actividades: la lucha contra el VIH/SIDA. Tal vez sea su producción dedicada a la problemática de esta infección la más destacable por su insistencia en el tema y al ser de las más nutridas en cuanto a soportes, técnicas, formatos y creatividad. Por supuesto que el momento ameritaba plenamente la posición que habían tomado frente a la crisis del SIDA, otorgando la voz ante el mortal silencio que significaba mantenerse pasivo en circunstancias agresivas de estigmatización, discriminación y exclusión social que se vivía en aquel período. 

El TDV tuvo más de 150 muestras como colectivo y también en colaboración con otros artistas, destacando el apoyo de universidades como la Universidad de California (UCLA), la Universidad de Chapingo, la Universidad Autónoma Metropolitana y por supuesto la UNAM, institución que dio a luz en sus entrañas a este colectivo, en la antigua Escuela Nacional de Artes Plásticas (Actualmente Facultad de Artes y Diseño). 

Sin embargo, lo controversial y polémico de sus temas y representaciones causó continuamente incomodidades, por lo que no pocas veces fueron saboteadas sus exposiciones, aún en su propia casa de estudios. Esto no quiere decir que el TDV fuera un colectivo que apostara al escándalo y al morbo para generar su fama, sino que la crudeza y manejo de los temas que abordaron en sus obras eran transgresores al moralismo sexual de la época. Lo sobresaliente de este caso, es que en la actualidad, sus producciones siguen siendo perturbadoras ante diversos sectores sociales, incluso universitarios, por lo que es posible que sea una de las razones que ha evitado la exposición y uso de sus obras en muestras de arte mexicano.


En el 2012, el Centro Cultural de España a través de la muestra “Me estoy quemando” en la que tuve oportunidad de participar, siendo esta curada por Edgardo Ganado Kim, se replantea el papel del TDV y su papel en la escena artística de México. Esta propuesta fue impulsada por Altarte A.C. quien organiza el Festival Internacional por la Diversidad Sexual. Sin embargo, en esta exhibición se retoma principalmente su trabajo en pintura, fotografía y una parte de su material gráfico de los catálogos de exposiciones, por lo que sólo logró dar a conocer al público una parte de su amplísima producción.

El 2015, nuevamente por iniciativa de Altarte A.C., pero ahora en conjunto con otras instituciones como la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, el Centro De Experimentación Museográfica Vlady, Difusión Cultural UACM, Programa de Estudios en Disidencia Sexual (UACM), El Instituto de la Juventud del DF, el Festival Mix y la Galería Hazme el Milagrito se logra hacer una nueva revisión de la Colección del TDV, enfatizando esta vez en su producción fotográfica, carteles y material de archivo. El objetivo de esta exposición es la muestra de material que no se ha expuesto en varios lustros. Sobresale una selección de sus participaciones en el activismo y su compromiso social con la lucha de clases, la diversidad sexual y la lucha contra el VIH/SIDA. La curaduría corre a cargo de quien ha coordinado Altarte A.C. y el Festival Internacional por la diversidad sexual, con quien tengo el gusto nuevamente de apoyar en la investigación curatorial y la coordinación general del proyecto que incluye el montaje de reprografías de gran formato en algunas sedes de la UACM, impresas por el INJUVE (DF) y una selección de cine a cargo del Festival MIX.

Recomiendo revisar la siguiente liga para quienes gusten ampliar su conocimiento acerca del TDV

http://tallerdocumentacionvisual.mx/

FONDO I, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América (UACM, Plantel del Valle)