Fernando Osorno es egresado de la antigua Escuela Nacional
de Artes Plásticas, hoy Facultad de Artes y Diseño. Su trayectoria tiene diversos
matices, ya que ha participado en diversas organizaciones no gubernamentales y
asociaciones como Colectivo Sol o Altarte A.C., al igual que es uno de los
socios principales en el Proyecto de Hazme el Milagrito. Tampoco se puede pasar
por alto su experiencia en la gestión y organización en la Semana Cultural
Lésbica Gay, heredada a Altarte A.C., evento que actualmente es conocido como Festival
Internacional por la Diversidad Sexual.
La producción de Osorno tiene tres vertientes fundamentales:
diseño, producción escenográfica y artes visuales.
Lo que respecta al diseño ha producido desde libretas
artesanales, intervenciones en cajas, alhajeros, botellas, lámparas, revistas,
catálogos, entre otros elementos que ha estetizado mediante pintura,
ensamblajes y diversas técnicas a través de las cuales se da a la tarea de embellecer
distintos objetos que convierte en piezas únicas y singulares, desdibujando
muchas veces la ya difuminada línea que separa el arte y el diseño en sus
creaciones.
En cuanto a la producción escenográfica ha colaborado con
diversos artistas y distintos proyectos, creando ya sea mediante el vestuario,
la utilería u otros dispositivos escenográficos que forman parte de los productos
finales que tienen salida en obras fotográficas, editoriales, performativas, entre
otras.
Acerca de su trabajo artístico, Osorno ha apostado por
diversificar los soportes, técnicas y formatos, ya que elabora desde arte
objeto, pintura miniatura, murales, escultura, instalaciones, composiciones de
papel recortado, similar a la tradición del papel picado ampliamente difundida
en México.
Una característica en el trabajo de Fernando Osorno es su
polifacética producción visual, ya que no se limita en la experimentación
creativa para generar una obra. En cuanto a los temas y discursos que sustentan
su trabajo es común encontrar representaciones periféricas acerca de la
sexualidad y el género en una singular disputa.


En varias de sus obras resignifica la masculinidad homosexual y las prácticas
sexuales que colocan en el centro la reivindicación del placer sexual fálico,
aunado a la composición que evidencia el disfrute del empoderamiento de la
pasividad en el acto sexual. En sus pinturas se evocan experiencias personales autobiográficas, resignificando el uso del tatuaje como un
símbolo que si bien es cierto que se relacionó con la hipermasculinidad, agresividad
y violencia en determinado momento histórico de las contraculturas, replanteó
el uso de esta intervención corporal en el cuerpo homosexual pasivo con
tendencias que juegan entre la masculinidad y el afeminamiento mediante la
apropiación y reconstrucción de las representaciones de éste, mucho antes de
que se generará la explosión del uso del tatuaje como una moda juvenil mainstream.



Otros elementos que encontraremos en su obra es la alusión a
un imaginario vinculado a la historia de la cultura homosexual occidental, como
en sus producciones que evocan a divas como Madonna o pintoras como Tamara
Lempicka, estas dos representadas en sus famosos espejos intervenidos.
El trabajo de Fernando Osorno, tendríamos que colocarlo en un plano del discurso decolonizador que reacciona en contra de la dominación del propio cuerpo por parte de agentes disciplinadores como la religión o la educación machista, ya que mediante sus representaciones y reflexiones subvierte los lugares comunes no sólo de la hegemonía heterosexual, sino que atañe al racismo, clasismo y homofobia de las élites gay conservadoras. La resistencia representacional que manifiesta en su trabajo es un aspecto que lleva de lo personal a la dimensión política de su producción artística.
Su trabajo se encuentra a la venta en la Galería Hazme el Milagrito, Colonia Roma, Chiapas 98.